
Por Santi Martí
Dentro de esta nueva sección “increíble pero cierto” vamos a contar una anécdota divertidísima del conocido actor. Divertidísima para todos excepto para él: le costó arresto, juicio y condena.
A este señor yo le venero desde siempre por pertenecer a esa familia tan americana del actor de fuste, de raza, nacido para esto. Pero es humano, falible y cayó en la trampa del alcohol, las drogas y la fiesta sin fin -¿Pero Hollywood no era eso?- y los puritanos del mundo entero le crucificaron. Yo me cago en esa gentuza y estas líneas se las escribo con un bourbon en la mano, un habano en los labios, con un tiro recién metido y vuelto de un burdel de chinas. A mí es que me cae muy bien Downey Jr. Pero he sabido volver a mi casa, siempre sé, esto no es Hollywood.
Él desfasaba tanto que una noche no supo volver a la suya, o mejor dicho iba tan puesto que creyó que sí había llegado. ¿Conocen esos barrios de ricachones de Los Ángeles, donde todas las mansiones son iguales? Sean Comprensivos, era de noche, el tío llega tó taja, se pasa treinta metros, el césped es igual, la puerta también, no encuentra las llaves y rompe una ventana a cabezazos, busca el sofá y se queda frito. A la mañana siguiente baja el joven matrimonio con su hijo recién nacido en brazos y se encuentra a un individuo sobando en su sofá. Admito que puede impresionar ¿Pero tanto como para llamar a la poli, meter una denuncia y llevarlo a juicio? Se pasaron mazo con él ¡¡¡Sólo buscaba un sofá, hostias!!! Sin maldad.
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