jueves, 27 de octubre de 2011

El padrino. Parte III


La secuela olvidada

Por Santi Martí

La trilogía de El padrino de Francis Ford Coppola bien puede considerarse la obra maestra del cine. Pero yo aquí quiero reivindicar la tercera parte y epílogo de la obra. Minusvalorada por casi todos, para mí es una obra maestra que cierra magistralmente la trilogía. Que sí, que vale que Coppola cometió un error de casting al poner a su propia hija como heredera, sustituyendo a Wynona Ryder, caída enferma. Pero Sofía, como actriz amateur, no lo hace tan nefastamente mal. Y la trama es genial, con un Michael queriendo salir de los negocios sucios y convertirse en respetable. Y encontrándose que cuanto más sube en la escala social más mierdoso y corrupto es todo. Incluso la iglesia católica está manchada con la peor mugre, verista reflejo del mundo real. Con un par de escenas memorables, la confesión que acaba en ataque diabético y la muerte de la hija con ese grito mudo. Un grito de rabia y desesperación. La actuación de Pacino es la mejor de su carrera, comedido y equilibrado. Ya la historia con la banca vaticana y el papa breve, asesinado, podría estar extraída de los diarios. Con un final operístico, digno de una tragedia griega, esta película alcanza para mí el estatus de la segunda parte. Una obra magistral y una trilogía que conforma una de las obras mayores del cine.

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