
Me entero de la noticia de que entre los muchos remakes de género que están ya apunto de salir del horno en yankilandia-Night of the demons,Friday the 13th-, está el de un título que pasó algo desapercibido en plena fiebre ochentena de slashers, a raíz del éxito de Navidades negras(1974), Viernes 13 (1980) o La noche de Halloween(1978). Hablo de San Valentín sangriento(1981), que cuenta en la nueva versión con la dirección de Patrick Lussier, el realizador de la infravalorada Drácula 2001 (2000)y montador de algunos films de Wes Craven, así que sin esperarme mucho de este remake contemplo por primera vez el filme original realizado en 1981, atraído sobre todo por la conseguida estética del asesino, con las vestimentas y herramientas de carnicería de un minero, y porque me apetecerá mucho comparar las dos cuando llegue su momento. Ya me avisaron, leí y releí que esto no era nada del otro mundo, ni original, ni medianamente entretenido, pero basta que me condenen un film para tener más ganas de verlo, así que me puse ojos a la obra y..., reconozco que poco tiene a destacar esta hermana pequeña del film de Sean S Cunningham, mucho más infantilizada, previsible y carente de cualquier escena demasiado gore o transgresora, que era lo mínimo que podía esperarse de un producto de esa época marcado en el terreno de los asesinos de adolescentes hormonados. A pesar de todo, el film del matarife que asesina en San Valentín, regalando afectuosamente corazones humanos arrancados a sus víctimas, funciona como menor divertimento, pero es otro más de los intentos comerciales surgidos de dicho subgénero, de los que había peores -Exámen final (1980)- pero también mejores como lo fue la poco recordada y menos formal Intruder (1989) de Scott Spiegel, donde no faltaba mala leche, sangre, asesinatos retorcidos y desvergüenza, cosas de las que carece esta peliculita. Espero que como mínimo la nueva versión tenga algo más de gracia.

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