Ron Jeremy, al servicio de las damas
Por Santi Martí
Es un actor de cine porno yanqui en principio repulsivo: mostachudo, bajito y barrigudo. Su presencia ha sido habitual en los últimos treinta años del porno americano. Ya salía con Tracy Lords en los ochenta. El tío sigue. Caballero dotado de una gran tranca, es un todoterreno que ha hecho todo tipo de subgéneros y escenas. Pero hay algo inesperado en este señor, contra lo que pudiese parecer, las actrices lo adoran, le tienen en la más alta estima y les encanta rodar con él. No sé cual es su secreto pero me da envidia porque, reconozcámoslo, me parezco más a Ron Jeremy que a Rocco Siffredi o Nacho Vidal. Admito que estos dos me dan rabia, envidia pura y dura mientras que Ron Jeremy me inspira compañerismo, ternura. Verlo sudar como un cerdo mientras se folla a cualquier jamela me hace verme reflejado preguntándome si me he puesto suficiente desodorante. Resumiendo, un tío normal.
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