Otra más de asilos encantados. La última fue Greystone Park/
The asylum tapes (2012), la fallida cinta de Sean Stone, hijo del célebre
director de JFK o Asesinos natos. El desconocido Nimrod Zalmanowitz dirige, o más
bien perpetra este bodrio capaz de aburrir a las piedras, con el cansino
planteamiento de idiotas insoportables que graban en lugares encantados. Pero
tranquilos, los momentos de found footage son contados, la mayoría está filmado
de manera convencional, y aunque en un principio pueda parecer que la cosa es
mejor de lo que parece por una digna fotografía y alguna escena de interés, como los fantasmas en la vía del tren,
pronto nos daremos cuenta de lo
equivocados que estábamos. Basado en un supuesto hecho real, esta historia
de fantasmas y posesiones llega a dar risa. Y es que hay una línea muy delgada
entre dar miedo y resultar ridículo -que se lo digan si no a la productora
Asylum con sus producciones paranormales- y el director consigue lo segundo,
gracias a unas interpretaciones de juzgado de guardia y unos efectos y sonidos
estruendosos muy salchicheros. Eso, cuando no aburre, que es durante casi todo
el metraje. Y para acabar, una pregunta… ¿Por qué la cámara graba a la poseída
con los movimientos y distorsiones propios de un fantasma? Quizás yo no he
entendido la peli, puede ser, ni ganas, ya he perdido hora y media en esta
bazofia.
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