Aftershock
Salvando las distancias, que son muchas, con Lo imposible, el reconocido y premiado
film de J.A. Bayona con el que solo logro encontrar dos similitudes –son del
mismo año y las dos están enmarcadas en el cine de catástrofes o mejor dicho,
desgracias de la naturaleza-, Afteshock
tiene todo lo que un freak echó de menos en el film de Bayona, por otro lado
una buena película gracias al indiscutible talento del director catalán, pero
lastrada por una historia que no estaba a la altura de lo visual, que derivaba
peligrosamente a telefilm lacrimógeno y de buenas intenciones. Todo lo
contrario a la película de Eli Roth y Nicolás López, más provocativa,
imprevisible, dinámica y cruel. Primera colaboración del tándem terrible- la
segunda está rodándose ahora, una esperadísima vuelta al cine italiano de
caníbales, Green Inferno- ,
Aftershock es ante todo un enérgico y excitante film que no da respiro al
espectador, y que acertadamente mezcla varios géneros (comedia, catástrofe, terror,
gore, thriller macabro) emocionando, divirtiendo y alterando. Un carrusel de
emociones de espíritu festivo nocturno, retorcido, violento y entretenidísimo. Con
una estructura muy similar a “Hostel”, comienza como una comedia de turistas en
Chile buscando fiesta- en este caso recuerda mucho a “Resacón en las Vegas”-
para cambiar de tono en su segunda mitad y dar paso al brutal horror de unos
terremotos, la fuga de unos convictos asesinos violadores o más sorpresas para
los desafortunados protagonistas. Con un agradecido y simpático papel principal
de Eli Roth y una hábil y salvaje dirección de Nicolás López, hasta ahora
director de comedias comiqueras como Promedio rojo o Santos, merece
urgentemente ser estrenado ya en territorio español. Inexplicable cameo de
Selena Gómez incluido.

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