Grave encounters 2
Cuando hace poco menos de un año nos llegó Grave encounters fue un soplo de aire fresco para cualquier amante del found footage. Los Vicious
Brothers nos sirvieron un film que sin ser original, y siguiendo una moda, era
tremendamente eficaz a la hora de dar unos buenos sustos y no dejaba
insatisfecho al terrormaníaco y, muy importante, con pocos recursos. Un año
después, nos llega su inevitable secuela, ahora tomando las riendas de la
dirección un debutante: John Poliquin mientras los responsables de la anterior se
dedican esta vez solo al guión. Con unos cuarenta minutos iniciales
tremendamente bostezantes, repetitivos y molestos – constante movimiento mareante
de cámaras, en distintos formatos, incluyendo móviles y formatos horizontales-
donde nada de lo que se nos explica es creíble y todo está cogido por los pelos
para enlazar con la anterior. Para postre se nos relatan las juergas de unos
descerebrados adolescentes, con pajas y vomitonas incluidas,
pareciendo más una versión mala de Proyecto X (2012)que un film de
horror puro. Para colmo la acción tarda en llegar demasiado, y cuando lo hace,
no impacta lo que debiera, debido a giros de guión forzados y repetición de los
logros de la original. Sin olvidar que no engancha en ningún momento, cosa que
sí hacía aquella. Una mezcla algo torpe de House on haunted hill(1999), The Blair
witch proyect (1999) y sobre todo, Rec (2007), de la que directamente copia como
mínimo dos planos casi calcados. Por suerte no es una pérdida de tiempo total,
y lo mejor por supuesto es lo que ocurrirá en el interior del manicomio encantado,
es decir: nuevos fantasmas como la niña o uno gigantesco y aterrador, la escena
de las cámaras levitando, utilizadas por los entes malignos, o el abismo negro
y las verdaderas intenciones de los loqueros fantasmas, por desgracia, poco
explotados en la película, cerrada con un final totalmente decepcionante.
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