A Roma con amor
A Roma con amor vuelve a confirmar que el genio de Woody Allen se ha esfumado. Desde hace más de una década es habitual recibir del artista neoyorquino una de cal y una de arena, sobre todo desde que se obsesionó por retratar las ciudades más cosmopolitas de Europa. Por ello, tenemos films tan interesantes como Match Point, Conocerás al hombre de tus sueños o Love in Paris con mediocridades de la talla de Vicky Cristina Barcelona, algo así como unas vacaciones del director pagadas a costa de los productores, con ruta turística para guiris aburguesados. Y lo mismo pasa con A Roma con amor. Bueno, peor. Como mínimo aquella tenia a Bardem y algún enredo divertido. Esta ni eso. Las dos contaban con la presencia de Penélope Cruz, y curiosamente, es lo mejor de ambas. Aquí está bastante divertida y sexy y podría pasar por la típica italiana castiza, emulando a diosas como Sofía Loren, con un acento romano perfecto, si la ven en V.O., claro. Todo lo demás es bastante prescindible: pedantes e irritantes clases de arte, arquitectura y monumentos para pijos con bonitos planos de la ciudad. Su reparto es fallido con un nada inspirado Roberto Benigni, donde aparte de Pe solo sobresale un correcto Alec Baldwin, y las mismas situaciones aburridas y cansinas de siempre: infidelidades y líos de faldas en un retrato de la ciudad totalmente falso y limpio. Quizás sea lo peor de Allen.
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