Por David Pizarro
El nuevo cine de terror contemporáneo, el cual ha ido
degenerando hacia cometidos ultragores,
ha vivido una de sus experiencia más extremas con Orphan killer, un
producto underground, de estética videoclipera, nada decorosa. Inspirada
en La
noche de Halloween, su argumento transgiversa los estereotipos propios
del film, acumulando por defecto un sinfín de escenas sanguinolentas, cada cual
más desagradable, perturbada y perversa, pero del gusto de cualquier
goremaníaco que se precie. De estructura pueril y transfondo anticlerical,
adapta las bases fundamentales del Cristianismo, para conjugar una espiral de
los horrores (gratuitos, eso sí), donde la redención del mal (encarnada en
curas pederastas, monjas ninfómanas y niños homicidas…) no será la salvación del
pecador, sino más bien todo lo contrario… Sigue la estela del famoso “Ojo por
ojo y diente por diente”.
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