Conan el bárbaro

Este remake de Conan de John Millius ha despertado las previsibles reacciones negativas de un nostálgico público que ya desde la noticia de su rodaje lo tachó de innecesario solo viendo ya el aspecto del nuevo guerrero, Jason Momoa, un actor que nadie conocía, salido de series como Los vigilantes de la playa -hasta yo me alarmé- o Juego de tronos, carente de la presencia y músculos del original, Arnold Schwarzenegger. Y sí, es cierto que era mejor y única la presencia- que no interpretación- de chocheneger, pero la nueva versión es mucho más trepidante y sangrienta que la original –está dirigido por el bárbaro de Marcus Nispel, especialista en nuevas versiones con más sangre y acción que las originales, sirvan como ejemplo La matanza de Texas, Pathfinder(que parecía un ensayo de este Conan) o Viernes 13- y sobre todo, muchísimo más fiel al espíritu y los cómics que la primera versión. También cuenta con una estimable fotografía y las siempre agradecidas presencias de Rose Mc Gowan (Planet Terror) o Ron Perlman, como padre de Conan. Si a esto añadimos más terror y fantasía, un ritmo trepidante que en ningún momento decae y un salvajismo que a ratos puede igualarse al de la saga de Saw (la llave que libera a los esclavos de un villano obeso que se encuentra en el fondo de su estómago), estamos a un más que correcto remake, nada merecedor del desprecio por parte de público y críticas que ha cosechado.