
Por Santi Martí
La Segunda guerra mundial fue la mayor carnicería de la historia de la humanidad. Y o haces o Shoa y La delgada línea roja o te guaseas de todo ello. Tarantino ha escogido la guasa mas pura para enfocar el tema. Desde la escena inicial con su dicotomía halcones/ratas hasta el gran guiñol del final todo es exceso y pasarse tres pueblos. La verosimilitud histórica se la pasa por el forro y los espectadores nos divertimos un montón. Es como volver a los 70 y ver un estreno de Sergio Leone o Sam Peckinpah. El maximalismo como una de las bellas artes. Les confieso que soñé con cortar cabelleras nazis y en disparar cargadores enteros sobre el careto de Hitler. No esperan La lista de Schindler. Es mas bien Los doce del patíbulo pasados por montones de cocaína. Véanla y disfruten como niños, no se aburrirán.


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