
Por Santi Martí
Sam Raimi es el príncipe del cine americano. Del underground y del mainstream. Empezó con Posesión Infernal, perfecto manual del do-it-yourself, un paradigma punk. Y sus últimas pelis son las tres partes de Spiderman, impecables piezas de cine comercial y mayoritario. Es un triunfador impepinable. Y Arrástrame al infierno es una vuelta a los orígenes magistral. Ha querido demostrar su capacidad de hacer una gran serie B, y ha salido redonda, divertida, desfasada y burra. Es una peli con una perfecta sensibilidad gamberra y descerebrada. Reirán y disfrutarán como niños. Palabra
1 comentario:
Doy fe!
Publicar un comentario