
Ir a contracorriente en tendencias en esto de la cultura cinematográfica no es fácil, menos aún cuando prefieres leer un antiguo El Víbora - esa revista patria Underground de cómics tristemente difunta hace años- a un Cahiers Du Cinema. No me considero un garrulo ni nada por el estilo, pero cada persona debería tener libertad para elegir sus preferencias en todo; a algunos les mola acostarse con una persona del mismo sexo, a otros les dá por escuchar a Bustamante, hay quien prefiere una hamburguesa de Mc Donalds a una mariscada, otros el vinilo al Ipod o leer la Rolling Stone en lugar de a Nietzsche... Y seguro que son personas excelentes todas ellas y con más cabeza que algunos ignorantes que adoran a Welles o Godard.
Toda esta brasa viene por la pregunta y película que he elegido para el tercer episodio de "Las 10 mejores preguntas de la historia del cine", se trata de Torrente 2: Misión en Marbella (2001). Muchos se preguntarán si acabo de perder el norte del todo y les contesto que ya hace tiempo, sí, pero mi devoción por el policía cañí, putero, machista, racista y del "atleti" creado por Santiago Segura ha existido desde que en el 98 irrumpiera en nuestros cines la primera entrega. Me gusta John Ford, Fritz Lang, Alfred Hithcock, Ingman Bergman, Luis Buñuel, Tod Browning... Pero también Michael Bay, José Antonio de la Loma, Robert Rodríguez, Lucio Fulci, Quentin Tarantino, Alex De La Iglesia, Daniel Calparsoro, Tony Scott, John Carpenter o Alexandre Aja y no por ello soy un descerebrado, no, por eso os digo que no me gusta ir de guays metiéndome con el señor Segura como hacen en la mayoría de revistas. Yo a este hombre le admiro. Levantó la taquilla del cine español e innovó cuando muchos ya estábamos hartos de cine social y pelis costumbristas, además de recuperar a viejas glorias olvidadas como el excelente Tony Leblanc. Las críticas no lo entendieron y tachaban al director, actor y humorista como autor de cine facilón, barriobajero, escatológico, humor grueso, comercial, facha y adicto a poblar el metraje de cameos de freaks o famosos de medio pelo. Desde aquí me río de esas revistas y de esos snobs que luego en su casa a escondidas se divierten con el que han criticado minutos antes tomando con sus amigotes un café, aunque siempre aceptaré opiniones, porque para gustos, como he dejado claro, hay de todos los colores y no soy nadie para contradecirles, pero sólo pido que ellos tampoco lo hagan conmigo.
Torrente 2 es para muchos de la trilogía, la mejor. Si la primera tenía influencias de Berlanga o Ozores, ésta, además de eso, podía verse como una versión de mercadillo de los films de buddy movies made in Hollywood, es decir, cine de acción en las que una pareja, casi siempre opuesta, tenía que resolver casos criminales [ sírvase como ejemplo Arma Letal (1987), Danko, color rojo(1988), Límite 48 horas (1982), El último Boy Scout (1991) o Dos policías rebeldes 1 y 2 (1995-2003)] un subgénero casi realzado en los ochenta por el megaproductor Joel Silver también tratado en la primera, solo que aquí la pareja estaba formada por un ex poli alcohólico y poco higiénico, y un yonki llamado Cuco, interpretado por un transformado y divertidísimo Gabino Diego. Lo mejor del film casi en su totalidad, y el mejor compañero del teniente corrupto en las tres películas.
Como es tradición en Torrente, cuando hace guardia al acecho de una pista sobre los villanos, el aburrimiento acaba abriendo el apetito sexual de éste, y provoca que pida favores sexuales a sus ayudantes, siempre en un sucio coche y siempre interrumpidos. En la primera parte, Javier Cámara le dio largas indignado, en esta, Gabino está dispuesto: No le hace ascos a nada. Segura hacía así su pregunta: ¿Nos hacemos unas pajillas?, para luego recibir una respuesta inesperada de su brazo drogata de la ley: ¿Con la mano o con la boca? Recuerdo las risas espontáneas de todos en aquel cine. No era para menos, el humor fácil siempre será agradecido seamos devotos de Billy Wilder o de la teleserie Aída.
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