domingo, 7 de septiembre de 2008

Hell Ride


Moteros, sangre y tías buenas

Hell Ride (2008) es toda una dignísima serie B de las de antes, superior a lo que suele aparecer últimamente en el mercado. En ella están presentes todos esos agradecidos secundarios de gloriosos films -por ejemplo Michael Madsen, Vinnie Jones, David Carradine o Dennis Hopper- quienes últimamente han sido reciclados en tipos duros del cine de acción contemporáneo, por regla general telefilms realizados con cuatro dólares y estrenado directamente en dvd. Con un ojo puesto en “Kill Bill volume 2” (2004) -desde aquellos elegantes planos tex mex llenos de cáctus, polvo y arena a esa música tan propia de spaguetti-western, pasando, cómo no, por la misma venganza que mueve el hilo de la trama y a uno de sus personajes- y el otro en “Easy Rider”(1969)-tenemos a un recuperado, motorizado y aún fumeta ocasional Hopper, alma mater de aquélla-, este entretenimiento de moteros salvajes, apadrinado -y se nota mucho su huella- por su productor, un Quentin Tarantino de cine de barrio, y dirigido y escrito por su colega Larry Bishop -secundario en el volumen 2 de "la novia vengativa"-, es un curioso y desvergonzado filme, macarra y extremadamente sexual, con un regusto a añejo y peyote setentero , que no se corta a la hora de ofrecer violencia y sexo desbocado. Curiosamente su realizador se ha reservado el papel protagonista y así, de paso, casi todas las escenas de cama subiditas de tono con un variado elenco de tías buenas. No verán a ninguna Loles León en esta peli, pues todas son chicas neumáticas con poco o nada de ropa, eso sí, con diálogos de pornstar. Aun así, narrativamente se pierde por momentos, pero la estética de western sobre ruedas y sobre todo su reparto -en el que destaca un canalla Madsen-, hacen de ella un divertimento sin complejos. * * *


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