lunes, 3 de septiembre de 2012

Bong of the dead


Era inevitable, después de que la fiebre zombie se desatara (afortunadamente), que tuviésemos caminantes hasta en la sopa. Lejanos quedan los tiempos en que se desconfiaba de títulos  como “28 días después”, “Amanecer de los muertos” o “Zombis Party” y poco después resultaron ser obras imprescindibles y lo que es mejor, crearon una tendencia que poco a poco quizás se esté agotando en exceso, pero queda mucho que decir si se hace con calidad e ideas. Un ejemplo son las series “The walking dead” y“Death Valley” o el rodaje de Guerra mundial Z con una estrella, Brad Pitt, sin contar algunas logradas  producciones independientes que van llegando aunque sea solo en mega maratones de madrugadas en festivales especializados. Esta es la salida que corrió “Bong of the dead”, o dicho de otra forma, La cachimba de los muertos, o de otro modo, la versión zombedy de “Superfumados” o “Cheech and Chong”, zombies y marihuana, serie Z  totalmente underground, baratísima  y rodada en vídeo, que siendo una explotación desvergonzada, se diferencia de mucha morralla gracias a algunos detalles muy divertidos o homenajes y no tomarse nada, absolutamente nada, en serio. Dos fumetas descubren que el mejor fertilizante para sus plantitas de maría no es ni más ni menos que los cerebros de los muertos vivientes. Para ello, e ignorando el peligro de lo que se avecina fuera, deciden ir a la zona caliente, la parte más infestada, y así aprovisionarse para lo único que les importa: colocarse. Por su camino se encontrarán con una muchacha que les ayudará en el viaje. Una road movie bizarra, chorra y exagerada, con influencias sicotrópicas de “Dos tontos muy tontos”, “Braindead”  y cualquier film de la Troma, recordando sobre todo a “Redneck Zombies”, que incluye escenas tan grotescas como zombies de todo tipo y estilo: las lesbianas calientes, el esclavizado con un mecanismo para recoger agua del pozo, la embarazada pariendo un feto que es engullido rápidamente por otro o  ese  chino que come tripas con palitos, como no. El film tiene un arranque de texturas muy coloridas y chillónas que recuerda al episodio de “Creepshow”, “El color que cayó del cielo”, aquel protagonizado por Stephen King donde un meteorito originaba todo. Después todo transcurre muy arrítmicamente en toda la parte central con escenas de transición o relleno, que aportan más bien poco, pero esta vez no se hacen tan soporíferas gracias a las tremendas chorradas y comportamientos demenciales de este par de idiotas. Con unos últimos veinte minutos muy trepidantes y bestias que beben de los mejor de los inicios de Peter Jackson o Raimi -salvando las enormes diferencias claro-, con ese improvisado tanque armado de segadoras y taladoras de césped, un auténtico festín sangriento con increíbles efectos gore y la chica de la película convertida en una Alice de Resident Evil, versión todo a 100. Su director, Thomas Newman, es un especialista en trucos visuales o efectos, trabajando en el departamento de Fx de “Los cuatro fantásticos y Silver surfer”, “Expediente X” o “Comportamiento perturbado”. Se echa de menos alguna escena de ataques de zombis, y algún personaje más, pero si no se toma en serio ni se tienen en cuenta todos los defectos que tiene, que son innumerables, pueden pasar un rato entretenido.

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.