jueves, 16 de junio de 2011

Outrage: Born in terror


Que Michael Madsen anda muchos años perdido en subproductos directos a vídeo y telefilms de escaso interés es harto sabido, pero siempre he tenido un cierto cariño y respeto por este actor que despuntó a finales de los ochenta y primeros noventa interpretando a secundarios villanos de manera excelente, algo así como un Lee Marvin contemporáneo, que salió en títulos tan importantes como “La muerte golpea dos veces”, “ The doors”, “ Thelma y Louise”, el remake de “ La huída”, “Wyatt Hearp” , “Species” o “Donnie Brasco“, siendo sobre todo recordado por su memorable y sádico gangster, Sr Rubio de “Reservoir Dogs”, ópera prima de Quentin Tarantino. A principios de nuevo siglo, Madsen interpretó papeles a veces sin criterio alguno, siendo una especie de mercenario de videoclub, donde ha caído gente como Gary Busey, Eric Roberts e incluso Christian Slater, saliendo en telefilms olvidables o en papeles fugaces en distintas series, protagonizando algún título cutre pero divertido y formando parte de reparto de films importantes en contadas ocasiones como su vuelta con Tarantino en “Kill Bill volume 1 y 2” y en “Sin City” de Robert Rodriguez. Cualquiera que no sepa quien es seguro que ha visto su cara en más de una ocasión en tv, pues su presencia ha salido en casi doscientos títulos. También decir que su sola presencia mejoraba cualquier film, por muy malo que fuera.

Pero es que “Outrage” - no confundir con el film de Takashi Kitano-no hay por donde cogerla. Dirigida , escrita y protagonizada por un tal Ace Cruz, que habría hecho un favor a la humanidad montándose una parada de nachos o tacos y desistir a sus ansias de (des)hacer cine. Pues si es malo dirigiendo actores o planificando, peor lo es escribiendo y, sobre todo actuando, ya que quiere ser como el chico bueno de la peli y su presencia provoca más risas que otra cosa. El cartel promete, ya que parece una versión de “El malvado Zaroff”, “Blanco humano” o “Juego de supervivencia”, pero luego los tiros parecen no ir por ahí: un francotirador encarnado por ya sabemos quien y unos cuantos asesinos del bosque con vestimentas de Angeles del infierno- sin moto, eso sí-, que parecen más bien cuatro borrachos del bar Manolo con peluca larga del todo a cien del chino, quieren dar caza a dos parejas que quieren pasar el fin de semana en una cabaña heredada. Y hasta ahí hemos llegado. Su director debe haber partido de un presupuesto nulo para dicho film y parece contenerse o tener pudor en cualquier escena en la que parece que va a haber un estallido de violencia, y acaba por no pasar nada, y lo que pasa, provoca bostezos. Además todo sazonado con un insistente toque mágico y espiritual, con un mensaje religioso que a ratos no sabes si estás viendo “Marcelino, pan y vino”, o una supuesta película de acción y terror de Michael Madsen. Pero todo esto ha sido idea del gran evangelista o algo peor Ace Cruz, de eso estoy seguro. No me culpen a Michael Madsen que el hombre de algo tiene que comer. A destacar la presencia del gran Michael Berryman, el Pluto de “Las colinas tienen ojos” de Wes Craven.

Desde aquí pido a Tarantino o Rodriguez que se acuerden de este actor y le den algún papelito en sus próximos films, pues merece mejor suerte que esta clase de bazofias que encabeza últimamente, esta en concreto, la peor de sus carrera.

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