lunes, 19 de octubre de 2009

Hanger


El otro día me vi la última de Ryan Nicholson, un tipo muy retorcido y divertido que me enganchó desde que vi Gutterballs, un brutal slasher cargado de sexo y sangre que homenajeaba a las pelis de los ochenta, y su anterior film, Live Feed, una especie de Hostel más enfermizo y sangriento con yakuzas de por medio y mal royo como siempre. Después de esos dos divertimentos macabros y freaks esperaba con muchas ganas Hanger, una historia de venganza con putas, proxenetas, deformes y vagabundos, cargada de violencia. Me ha decepcionado un poco, y es que aquí se le ha ido la olla al director completamente. Debemos verla como una comedia gore estilo Troma o Street Trash para pillarle la verdadera esencia, y si no la pillamos igualmente pasaremos un rato muy divertido, pero no a la altura de las anteriores maravillas con las que dejó el listón muy alto. Aquí escatología, sangre - un aborto con una percha-, torturas enfermizas - una vagina que lleva un buen tiempo sin lavar en la cara de la víctima- , violaciones sin techo y tías buenas no faltan, pero Nicholson ha añadido exageradas dosis de desvergüenza y truculencia, acabando siendo una obra demasiado enfermiza y excesiva, pero no exenta de interés.

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