
Película sobre los problemas de autoestima, los efectos de la fama cuando ésta desaparece, el cine y, sobre todo, la cocaína, como medicina a la soledad y los fracasos. Antonio del Real, director absolutamente trash de los noventa y primeros dos mil, experto en comedias de enredo estilo “Chá, chá , chá” (1997) o “Desde que amanece apetece” (2006), tan malas como extrañamente divertidas, se embarcó con “La mujer de mi vida” (2001) en un drama romántico de cuento de hadas sobre las adicciones, que debido a su ineficacia como realizador se quedó en una simplona telenovela más parecida a una Tve Movie más ñoña de lo que cabría esperar que lo que podría haber salido, si se hubiese tomado el producto un poco más en serio, o se hubiera decidido por un tono estable, pues a veces quiere ser una comedia exagerada y otras un dramón. Salvada, eso sí, por un sorprendente y visceral José Sancho y la belleza y frescura de la argentina Leticia Bredice. De Miriam Díaz Aroca o Concha Cuetos mejor no hablemos. De todas formas, estamos ante una rareza del cine español de los últimos años que merece como mínimo un visionado, aunque sea muy por encima. También podemos ver una de las primeras intervenciones de Fernando Tejero, en un fugaz papel de yonki.

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