In memorian: Víctor Israel

A usted, que fué una de las caras secundarias más recordades del cine de género en España, y que desde los sesenta hasta los últimos años no paró de deleitarnos con sus apariciones en clásicos del fantaterror, en spaguetti westerns, en comedias y en películas de autor. La serie B española le debe mucho: La residencia, Pánico en el transiberiano, Las ratas no duermen de noche, Serpiente de mar, La maldición de la bestia, Apocalipsis caníbal, y hasta el cine más convencional de los últimos años contó con su peculiar rostro en El cielo abierto o Los fantasmas de Goya, dirigida por el reputado Milos Forman. Casi siempre le dieron papeles de malo, pero tuve la oportunidad de conocerle y era una persona humilde, simpática y encantadora, muy alejada de esos siniestros papeles que le daban en los setenta. Seguramente ahora esté en el cielo tomando unas copas con Peter Cushing y Marty Feldman. A usted, mi admirado Víctor, quiero decirle que no le olvidaremos.