domingo, 20 de julio de 2008

Los Cronocrímenes : En contra/A favor


En contra: David Pizarro

No sé que ha visto la gente en esta peliculilla del tres al cuarto, tuve la “gran” oportunidad de verla en el Festival de Sitges y el ambiente que hubo durante y tras la proyección fue el mismo que en el entierro de un indigente solitario. Ciertos críticos, supongo que condicionados por el euro, han encumbrado la obra a cotas insospechadas. Lo evidente es incuestionable, y “Los cronocrímenes” no es más que un corto mal alargado, el cual incluso se hubiera podido extender hasta el infinito. Está repleto de tópicos y localizaciones repetitivas, posiblemente mal extraídas del telefilm de Jack Sholder, 12:01,testigo en el tiempo (1992), el cual sí que se puede considerar como una pequeña joya nunca reconocida.Los personajes son pobres, acartonados y carecen de garra. De entre ellos “destaca”, por su solvencia interpretativa, el propio director, Nacho Villalongo, cuya vocalización es ininteligible. El único acierto corresponde a la estética clasicista del villano, muy en la línea de El hombre invisible o Darkman.

En suma, una película que adormece hasta a las moscas y que el propio Carlos Pumares, tras visionarla e indignarse en Sitges, dio su más sincero pésame al propio realizador. Como veréis no pudo hacer una cosa más acertada. Con dos cojones, Carlos.

A favor: Santi Martí

Carlos Pumares es un viejo amargado y mariquita.Mi compañero de arriba la vió en Sitges completamente alcoholizado.Yo la vi en su estreno en salas Barcelonesas y me parece una pequeña pieza maestra, como la obra de un viejo relojero que se esfuerza para que todo cuadre en este relato de viajes temporales y sus consecuencias en el continuo del presente y una unívoca realidad. Jordi Costa la definió en “El País” como la primera película de la historia del cine español realmente de ciencia ficción, a la manera de “2001:Una odisea del espacio",”Pi” o “Cube”, nada que ver con “Acción Mutante” ó “Abre los ojos”.

Ciencia ficción, a la manera anglosajona, hecha con cuatro duros, sí, pero sobrada de talento y rigurosidad científica. Posiblemente no es la hostia de originalidad, algún capítulo de “Twilight Zone” debió tratar ese tema y los viajes temporales son un clásico anglosajón desde H.G Wells. Pero esta peli sin pretensiones consigue dar una vuelta de tuerca al tan manido viaje en el tiempo. Solo una hora al pasado, pero esa hora puede ser la vida misma…

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